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Los Jóvenes Mártires
Óleo sobre lienzo, 2018

En estas pinturas, retrato a mis amigos cercanos en sus momentos más vulnerables. Lo que comenzó como un duelo personal pronto se convirtió en una excusa para pedirles que compartieran conmigo sus experiencias dolorosas o tristes, todas muy distintas a nivel personal. En el proceso no solo entendí el nivel de intimidad y complicidad necesario para mostrarse totalmente vulnerable, sino también que existen unas preocupaciones comunes que nos contagiamos entre nosotros, un profundo miedo a ese futuro que amenaza siempre con condenarnos a la soledad, el abandono y el fracaso.

En estas pinturas, capturo la fragilidad del espíritu humano, la belleza de la vulnerabilidad y el poder de la conexión. Con cada pincelada, busco transmitir la emoción cruda que se encuentra debajo de la superficie, para capturar la esencia de cada individuo y su experiencia única.

A través de la pintura les di una palidez casi cadavérica a sus rostros, intentando convertir esa mueca fea e incomoda en el momento sublime, en la emoción pura que está más allá de sus particularidades. Incómodos con sus lágrimas, todos muestran un semblante reflexivo y un poco avergonzado. No nos dan la cara; con la mirada perdida no acusan ni interrogan a quien los mira; en cambio, siempre se muestran expuestos.